Introducción a la pesca con señuelos (PARTE 1)
En el mundo de la pesca no existe actualmente alguna disciplina que nos ofrezca materiales tan variados cómo lo es el spinning. Hace algunos años atrás, unos 10 o 15 años, era la modalidad del tranquilo surfcasting o la especializada pesca con mosca las que contaban con la mayor cantidad de artículos especializados para sus disciplinas, sin embargo ninguna de ellas estuvo cerca de alcanzar la tremenda disponibilidad de elementos específicos como los tiene hoy el spinning. La disponibilidad que tiene en líneas, carretes, cañas y por sobretodo los señuelos, son realmente para volverse loco. Un ejemplo muy palpable de esta situación es apreciar como cada día en las tiendas de pesca deportiva las mayorias de los estantes se repletan con artículos específicos para esta modalidad.
¿De dónde nace el éxito de esta modalidad?.
Uno de los momentos más importantes de la actividad de la pesca recreativa es exactamente cuando logramos el esquivo y complejo momento de la captura. Es en este segundo donde todos los sacrificios realizados cobran sentido y sentimos una alegría indescriptible por nuestra captura. La modalidad de spinning apela, mediante los señuelos y la movilidad que les podamos dar, al instinto depredador de los peces, de una forma mucho más exitosa que el surfcasting. El pescador asume una tarea más activa con su señuelo, y el resultado de esto es que la cantidad de capturas es más exitosa que con otras modalidades. Además, el recorrido de las playas es mucho más efectivo en las búsquedas de pozones que puedan albergar distintas especies, y en último término, el pez puede andar buscando alimentarse o no, pero jamás deja de ser un depredador. Por lo que pocas especies pueden resistirse al buen uso de algún señuelo artificial bien presentado. En algunos artículos intentaremos explicar las diferencias de uso y características generales de los distintos señuelos artificiales existentes hoy, de la forma más simple posible, y sin tecnicismos, abarcaremos el increíble universo de los señuelos artificiales.
Algo de Historia.
Aún hoy, es fácil encontrar pescadores sobre los 40 o 50 años que jamás se han decantado por utilizar señuelos artificiales. Las primeras veces que le mostré a mi padre (amante del surfcasting) como utilizar algunos señuelos para la pesca en mar, me dijo “si me quisiera mover tanto me inscribo en un gimnasio”. Y hoy la pesca con cebo o carnada sigue siendo su preferida a pesar de la tasa de efectividad que tenga.
Los primeros señuelos artificiales se crearon a finales del siglo XIX y a principios del XX y significaron toda una revolución para nuestra amada pesca. Algunos pescadores empezaron a crear distintos señuelos que se asemejaran a los pequeños peces u otros alimentos que eran parte de la dieta común de los peces más grandes que querían capturar, con el fin de aumentar la eficiencia de lo que se lograba con el cebo. En Estados Unidos, y aprovechando la gran cantidad de ríos y lagunas que existen en el país, se comenzaron a ver los primeros elementos que hoy identificamos como cucharillas o señuelos con hélices. Y por su parte en Europa, el pescador finlandés Lauri Rapala tallo un trozo de madera pequeño al cual le agrego una pequeña paleta para afectar su nado (como un pequeño pez herido) y comenzó un verdadero imperio en el mundo de la pesca. El legado de don Lauri lo encontramos hoy en la marca Rapala, una de las más importantes y número uno en ventas en muchos artículos dedicados a la pesca.
(En la foto, el gran Lauri Rapala)